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Como llevar a la practica los sistemas BIM

Opinión del experto Manuel Saavedra, líder de Estandarización BIM.

El ecosistema actual ofrece piezas combinables según el objetivo y la madurez digital de cada organización. Podemos centralizar métricas y alertas en un solo tablero; mover datos entre diseño, cálculo, planificación y obra sin exportaciones manuales; usar conectores que llevan información de gestión y de terreno a los tableros en poco tiempo; integrar el 3D en el análisis para ver la geometría junto a los indicadores; y apoyarnos en plantillas que transforman modelos en vistas interactivas en minutos.

Ninguna herramienta compensa la falta de organización. Hace falta una cultura de datos donde BIM no sea “dibujar en 3D”, sino escribir información que otros usarán. Se necesitan procesos claros: qué datos se publican, quién los cuida y cómo se validan. La gobernanza debe ser simple y útil, con un modelo común de datos que acuerde nombres, unidades y estados, y que pueda evolucionar. El equipo debe ser mixto: gente de obra y diseño que entienda de datos, y analistas que entiendan de obra. Y la seguridad debe contemplar accesos por rol, trazabilidad de cambios y protección de la propiedad intelectual. Todo esto sostiene la conectividad y evita que la integración se rompa en el día a día.

Pasos prácticos para empezar

El primer paso es definir qué decisiones son críticas —costo, plazo, calidad, seguridad y energía— y qué datos mínimos hacen falta para tomarlas a tiempo. En paralelo, conviene construir un diccionario de datos pequeño y útil. Luego, hay que diseñar el ida y vuelta: del modelo al tablero y del tablero al modelo, para que una incidencia registrada en el análisis actualice el origen.

La realidad de obra tiene que entrar en el sistema con reportes diarios, fotos georreferenciadas, sensores y registros de producción; si no está en el sistema, no existe para la gestión. La planificación 4D y la estimación 5D deben usarse en el día a día. Los tableros deben diseñarse para la acción, con pocas métricas y alertas claras. La entrega digital hay que planificarla desde el inicio, pensando qué gemelo operativo necesitará facility y cuándo cargar cada dato.

Impacto en sostenibilidad y resiliencia

No hay un único camino. Para cada integración conviene preguntarse cuál es el ritmo necesario —tiempo real, diario o por hitos—, qué nivel de detalle hace falta —si alcanza con una tabla o si se requieren relaciones del modelo—, con qué opción trabajará mejor el equipo, cuánto costará sostenerla durante todo el proyecto y si será posible reutilizarla en otros trabajos. En un mismo proyecto puede usarse un archivo estándar para entregables oficiales, una API para sincronizaciones frecuentes y eventos para avisos de cambios críticos. La regla operativa es elegir el camino más simple que funcione, privilegiando la conectividad estable e integración limpia.

El flujo continuo de datos no solo mejora plazos y costos. También ayuda a usar menos recursos, reducir mermas y viajes, y operar el edificio con un gemelo digital que permite anticiparse a fallas. Un activo más eficiente es, a la vez, más sostenible y más resiliente.

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